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sábado, 23 de abril de 2011
Cachorros
Tener un cachorro en casa es una experiencia muy bonita, si somos primerizos tendremos las dudas sobre cómo actuar para que el nuestro nuevo amigo sea feliz y se intregre con su entorno.
En este momento tu pequeño sentirá por ti lo que se denomina apego. El apego es un mecanismo muy eficaz: el cachorro solo se siente bien y seguro cuando está cerca de individuo al que se apega ( normalmente es su madre, pero tú eres una buena segunda opción), es muy práctico porque es el cachorro el que se preocupa de no estar lejos de su madre, por lo que ella puede protegerlo sin tener que estar todo el rato pendiente de dónde se encuentra. Si se vive en un ambiente peligroso esta es una buena medida de seguridad.
Sin embargo, en un adulto sano ( incluyendo tanto a perros como a personas), el apego dene dejar paso al afecto, una vinculación emocional y positiva que no genera dependencia y malestar al separarse. Es nuestra responsabilidad ayudar al cachorro a realizar este cambio, porque si no se lleva a cabo correctamente tendremos un riesgo de que el perro sufra ansiedad por separación u otras alteraciones emocionales.
Todos queremos estar continuamente con el cachorro, acaba de llegar y no se nos van las ganas de jugar con él, de mimarle... Puede parecer muy bonito que no quiera separarse de nosotros y quizá nos haga sentir que no quiere de una manera especial e intensa, pero lo cierto es que es un tipo de cariño patológico en el perro adulto.
Si queremos ayudarle a ser un adulto sano debemos enseñar al pequeño a vivir sin nosotros, facilitando el paso de apego al afecto. ¿cómo?, pues la mejor manera de llevar a cabo estos apartamientos es :
Es con un parquecito de cachorros; montaremos el parquecito en un rincón de la casa, mejor si es una zona donde pueda vernos pasar, y meteremos al cachorro en él unas cuantas veces al día, tres o cuatro son suficientes. Al principio el cachorro puede llorar un poco, lo que debemos ignorar (difícil lo entiendo), nuestro objetivo es que se tranquilice y asuma que no es necesario estar siempre cerca de nosotros. Cuando el cachorro se muestre tranquilo y no proteste podemos soltarle de nuevo por la casa, en ese momento no debemos darle demasiados mimos, pues podríamos perder buena parte del efecto de mejora de la autonomía de nuestro pequeño.
Es labor nuestra facilitar que los primeros apartamientos no sean nagativos para el perro, no es lo mismo que proteste por que no pueda seguimos que provocarle una crisis de angustia. Para ello introduciremos al perro en el parquecito cuando esté cansado (por ejemplo, después de un paseo) y sea más fácil que se termine durmiendo, además podemos ponerle juguetes con comida dentro para que se centre en ellos y no tanto en que no puede seguirnos.
Por supuesto tu debes seguir siendo cariñoso e interactuado con tu cachorro el resto del tiempo. El paso del apego al afecto elimina la dependencia, no la alegría y la diversión de jugar y estar juntos.
Posteriormente recomiendo dejar el parquecito abierto y poner dentro una cama cómoda para el perro, si nuestro proceso funciona bien el cachorro empezará a meterse en el parquecito cuando desee estar sólo, por ejemplo si está cansado de que los niños de la casa le vistan de piloto espacial.
Esta conducta de buscar un sitio tranquilo, su sitio, nos servirá de evaluador para saber que estamos criando un perro sano, que sabrá estar con su familia pero que no tendrá dependencias patológicas del contacto humano, lo que permitirá que se quede en una residencia canina o que permanezca sólo en casa mientras trabajamos o estudiamos sin pasarlo mal. Si lo pensamos es como cuando los niños empiezan a cerrar la puerta de su habitación para tener su propio tiempo, una señal de que están madurando.
SALUDOS!!! =)
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